Imagen corporativa y su importancia

Entendemos como imagen corporativa al conjunto de cualidades que los usuarios atribuyen a una determinada marca o compañía, es decir, es lo que la empresa significa para el afuera, para los clientes potenciales, en pocas palabras, como es percibida…

Por esta razón, “la imagen corporativa y su importancia queda directamente en manos de los especialistas en marketing quienes para” construirla emplearan todas las herramientas de Inbound Marketing a su alcance, principalmente, las nuevas tecnologias traídas con el avance de Internet: blogs, sitios Web, contenidos optimizados, redes sociales, etc.

Desde luego que esa imagen a crear, estará directamente direccionada hacia la percepción, por lo cual deberá ser atractiva para que los usuarios –potenciales clientes– la registren y sientan interés por ella.

Se llama imagen corporativa a la construcción de la marca

En la actualidad, el mundo del mercadeo se ha vuelto tan denso, evolucionado y complejo que una vez se entra en él, todo proveedor pasa a ser un “competidor”. Desde hace años no alcanza con ofrecer nuestro producto de manera directa e ingenuamente; hoy también, es necesario valerse de diferentes métodos para posicionar nuestra marca y asegurarnos larga vida a nuestro negocio. Para que esto suceda debemos enfocar nuestra estrategia en la creación de la imagen corporativa.

En el mundo de los negocios la ingenuidad e inocencia son dos de los pecados más graves que podamos cometer. Toda estrategia de marketing pasa por la “construcción de la marca”, mucho más que simplemente ofrecer nuestros servicios o productos, vamos a necesitar “persistir” de manera permanente en la mente de nuestros usuarios, al menos, ser percibidos como una “opción”; para que esto suceda debemos trabajar en lo que se llama imagen corporativa.

 “A diferencia de lo que la mayoría cree, la importancia de la imagen corporativa está muy lejos de ser sólo un logo”. Este término específicamente se refiere a la «imagen mental» que logremos crear en la psique de los usuarios sobre nuestra propuesta de negocio, en contraste con la “identidad corporativa” que nos es más que lo realmente somos.

Básicamente, la imagen corporativa es “como queremos que el público nos perciba”; en tanto, ya nos estamos adentrando en temas de “psicología social”, es que comenzaremos a darnos cuenta de la construcción de nuestra marca va más allá del diseño grafico: vamos a necesitar apelar a una serie de conocimientos profesionales para construir herramientas de lenguaje que nos resulten de utilidad para “implantar” nuestra imagen en la mente de los potenciales consumidores.

La imagen corporativa incluye:

• Adjetivos con los que deseas ser percibido por tus clientes potenciales (agresivo, confiable, elegante, frio, generoso, irreverente, jovial, sólido, tecnológico, etc.)
• El tipo de lenguaje con vas a dirigirte a tu público (familiar, formal, popular, retador…)
• Qué tipo de empresas vas a querer que se te relacionen
• Qué tipo de canales vas a utilizar para establecer contacto con tus usuarios (e-mail, presencial, redes sociales, telefónico, etc.)
• Cuál va a ser el contenido a producir y compartir.
• Qué se puede esperar de ti

La imagen corporativa es el resultado de una serie de estudios y reflexiones de carácter psicosocial y de mercadotecnia que deben ser en principio asesorados por un “profesional en publicidad”, NO por un simple diseñador grafico; mucho menos en el inicio. Como podemos ver… la cosa va bastante más allá del simple dibujo. Si tú te contabas entre los que creían que la imagen corporativa era simplemente un logo atractivo y unas bonitas tarjetas… (Por solo mencionar algunos), lamentamos decirte que ya es hora de producir un cambio radical en la manera de pensar porque estas pecando de ingenuidad y no te has sentado con el profesional indicado para la etapa de planificación y gestación de tu estrategia de marketing.

Una vez que hayas reunido todos los aspectos de tu imagen corporativa sean coherentes y bien definidos… es cuando recién se procederá a diseñar los “elementos visuales” de tu imagen, comenzando por el logo para pasar a seleccionar cualquier pieza que vaya a formar parte de la campaña o estrategia que hayas planeado ejecutar.

Es recién en esta etapa que entra en el juego el diseñador grafico quien va ser el encargado de traducir los adjetivos que van a percibir los clientes potenciales, el estilo lingüístico en diseños, las sensaciones en imágenes, las ideas en pictogramas, las emociones en forma, etc. Esta es el tipo de información que todo diseñador va a necesitar para trabajar mejor si en vez de decirle “quiero que el logo tenga tal color”, le decimos “queremos trasmitir solidez”.

Viviendo en el mundo real

La mayoría de las veces los clientes con el objetivo de construir su imagen corporativa sin haber pasado por los pasos previos; muchos llegan con un logotipo bajo el brazo con la idea que están aportando lo que quieren trasmitir y, lo cierto es que ni se acercan a lo que su negocio desearía trasmitir, esto ocurre porque muchos de estas tareas fueron realizadas por diseñadores gráficos como parte de esa relación entre ingenua y dañina que se da entre el cliente y los diseñadores, relación que lamentablemente abunda en el mercado.

La imagen corporativa en gran medida va a depender de los objetivos planteados para la construcción de la estrategia de marketing. Todos los pasos de dicha estrategia deben ser eslabones de una cadena dirigida coherentemente. De ahí que va a resultar muy intuitivo considerar que tanto como se invierta en la imagen corporativa, mucho mejor va a resultar la gestión empresarial.

Nuestra marca personal va a hablarnos bien claro: Es muy probable que un negocio de ropa tenga una imagen corporativa horrenda pero venda ropa de buena calidad y a buen precio, pero tendremos que esperar un servicio básico, directo, sin valor agregado, no podremos esperar comprar por su sitio Web ni que nos reintegren el dinero si la ropa nos salió fallada.

Generalmente, al toparnos con empresas que cuentan con imágenes corporativas deficientes, en realidad no tiene que ser también deficiente el producto o servicio que comercializan, en realidad se trata de todo un proceso que gira en torno a ella: administración, aplicación de nuevas tecnologias, recursos humanos, servicios al cliente, etc.

Por regla general, suele tratarse de empresas con poca elaboración, simples, básicas, tradicionales, de venta directa en lugares concurridos o se trata de negocios en ramos donde la gestión de marketing no se basa en la imagen sino en los costes.

En algunos países con casi ninguna cultura de servicio al cliente, los potenciales consumidores tiene la sensación de que el proceso de compras se basa en tomar lo primero que se tenga a mano, cuando sea posible, al precio que podamos y que no existe elección al respecto; por estos motivos rara vez se considera a la imagen corporativa factor determinante y se obvian tan valiosos indicadores de cómo van a ser a futuro sus experiencias post-venta con el proveedor.

Cuanto más pobre e inculto es el marketing, menos valor se le dará a la imagen corporativa.

Ventajas de una imagen corporativa profesional y desarrollada

El desarrollo profesional de la imagen corporativa va a facilitarnos el trabajo futuro en todo lo concerniente al diseño de las piezas en campañas de cualquier tipo o estrategias de marketing; ya que las bases han sido sentadas a niveles profundos, en pocas palabras, bastante más sencillo de entender para cualquier profesional de la grafica o audiovisual.

Obtener una imagen corporativa bien definida va a otorgarle coherencia a todas nuestras futuras comunicaciones, cualidad muy valorada en el mundo de los negocios.

Lograr una imagen corporativa sólida y bien definida va a facilitar y propiciar la buena disposición de los potenciales clientes que aún no nos han contactado por nuestros servicios o productos. Para ello vamos a necesitar manipular las experiencias y valores previos de los individuos para que inconscientemente nos confieran cualidades tales como seriedad y confiabilidad, cualidades que todos valoramos en la gente con la cual trabajamos. Resumiendo, la imagen corporativa adecuada ayuda a que nos miren con buenos ojos, aún sin llegar a conocernos bien.

Los empleados de una empresa con una imagen corporativa adecuada, sólida, atractiva y que cubra todos los aspectos antes mencionados, se sentirán amparados y representados, más confiados y terminaran apostando más por el equipo que por sí mismos; estarán felices y gustosos de sentirse parte de un «todo».

Por otro lado, los proveedores tienden a brindar más confianza y respeto a empresas con una imagen corporativa profesionalmente desarrollada y establecida.